Mensaje del Secretario de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación, Enrique Martínez y Martínez, durante el Lanzamiento de la Política de Fomento a la Gastronomía Nacional, encabezado por el Presidente de la República, Enrique Peña Nieto.

Ciudadano Presidente de la República, Enrique Peña Nieto;
Compañera y compañeros de gabinete;
Saludo en la persona del doctor Eruviel Ávila Villegas, la presencia de los señores gobernadores que nos acompañan;
A todas las y los artistas de la cocina mexicana;
Señoras y señores:
La población del mundo mantiene su ritmo de crecimiento.
De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, la FAO, en el año 2050 seremos nueve mil 600 millones de personas que alimentar.
Crece en cantidad la población, pero también sus demandas por la calidad, la sanidad y la inocuidad.
Tendremos que producir, al menos, el 60 por ciento adicional de alimentos para satisfacer la demanda.
Sin duda, este es un gran desafío para la humanidad y una oportunidad para nuestro país, que gracias a su gran variedad agroclimática y a los siete millones de hombres y mujeres trabajando diariamente en el campo, ofrece un sector agroalimentario de los más diversos del mundo.
La gastronomía es una actividad que, además de satisfacer la necesidad primaria, se convierte en expresión de la cultura, la riqueza agropecuaria, la creatividad y el gusto de cada pueblo, de cada sociedad.
La cocina mexicana, como nuestro pueblo, de raíces indígenas, que se fusionaron con el aporte europeo, tiene una larga historia y un gran futuro.
El reconocimiento que la UNESCO hizo al declararla Patrimonio de la Humanidad pone de manifiesto la trascendencia y vitalidad de nuestra gastronomía.
Esto no sería posible sin la dedicación y el esfuerzo de los productores agrícolas, pecuarios y pescadores de nuestro país.
Sin esas manos laboriosas y comprometidas para entregar del campo y de los mares los mejores frutos a las mesas más exigentes de México y del mundo.
Hoy, la producción agroalimentaria del país vive una etapa sin precedente. Para lograrlo, el Presidente de la República, Enrique Peña Nieto, nos instruyó desde el primer día de su mandato, a transformar el campo de México para hacerlo más productivo, más justo y sustentable.
Desde entonces, reencauzamos las políticas públicas, agropecuarias y pesqueras.
Transformamos la estructura programática con un enfoque productivo para dejar atrás el asistencialismo y ofrecer a los productores, en particular a los de menor escala, verdaderos incentivos a la productividad.
Más aún, tenemos que ser más productivos, pero debemos lograrlo de una manera sustentable, respetuosa con el medio ambiente para asegurar la conservación de suelos y agua, así como la inocuidad y sanidad en nuestros alimentos, poniendo especial énfasis en los productos orgánicos, en donde experimentamos en estos dos años y medio un avance sin precedente.
Por eso, con la instrucción Presidencial, se puso en marcha un ambicioso programa de rehabilitación de agostaderos.
Impulsamos la tecnificación de riego, la dotación de tractores e implementos agrícolas, y establecimos un programa para la construcción de presas de cosecha de agua, que cambian la vida de las personas que habitan en las zonas desérticas del país.
La siembra ha dado resultados, ha dado frutos. El sector primario se perfila como el más dinámico de la economía al crecer, en el 2014, a una tasa anual, del 3.3 por ciento, y en el primer trimestre del 2015, al 6.9 por ciento.
Este dinamismo se ve reflejado en nuestro comercio con el mundo. Las exportaciones agropecuarias se incrementaron en el 2014, el 8.5 por ciento anual, lo que nos permite por primera vez en muchos años superar el déficit crónico de nuestra balanza comercial, para tener un superávit (en 2015) con Estados Unidos y con el mundo, de tres mil 320 y mil 452 millones de dólares, respectivamente.
Definimos con la instrucción del Presidente, como estratégica, la producción hortofrutícola y pecuaria, y en el primer semestre de este año el ganado vacuno, las cebollas, ajos, frutillas, mangos, melón, sandía, papaya, uvas, nueces, limones y aguacate crecieron sus exportaciones, en promedio -en los primeros seis meses de este año-, 45 por ciento, consolidándonos en los primeros lugares a nivel internacional.
En una sociedad globalizada, la gastronomía contemporánea se advierte como parte del desarrollo y de la evolución social y cultural, del incremento del turismo y de la mejoría de los niveles de vida en el mundo y en México.
Un consumo con mayor exigencia de calidad, cuidado nutricional y curiosidad por descubrir y experimentar los sabores y gustos más refinados.
La coordinación interinstitucional en el gobierno es indispensable para lograr resultados y alcanzar las metas trazadas, y una característica del actual Gobierno de la República es la articulación de las políticas públicas entre las diversas dependencias.
Por eso, con la responsable y decidida participación de la Secretaria de Turismo, Claudia Ruiz Massieu, y su equipo, nos sumamos al Lanzamiento de la Política de Fomento a la Gastronomía Nacional, que hoy el ciudadano Presidente de la República pone en marcha.
Ésta, es una de las cadenas de valor más compleja, pues inicia en el sector agropecuario y termina en el sector de servicios.
Los ejes estratégicos están muy claros y las acciones que hoy se anuncian, definidas.
Estoy seguro que se lograrán las metas propuestas con la participación de productores, empresarios, promotores, funcionarios y prestadores de servicios turísticos para el fortalecimiento del sector agroalimentario y turístico de México.
Decían nuestras abuelas que el amor entra por la boca; también, que para llegar al corazón de una persona, la mejor vía era el estómago.
Hoy, México está entrando al corazón de millones de ciudadanos del mundo, con los exquisitos e inigualables sabores de la cocina mexicana.